domingo, 20 de noviembre de 2011

A todo Napoleón le llega su Waterloo



El Departamento de Filosofía muy amablemente ha hecho la reserva en Audiovisuales del televisor (no se hagan ilusiones con las pulgadas, aunque dicen, por suerte, que el tamaño no importa).
No hace falta agregar en un curso avanzado de filosofía que, parafraseando a Wittgenstein, la proposición "el miércoles vamos a ver Waterloo en dvd" es sólo una hipótesis, y por lo tanto no estamos seguros de que lo vamos a ver. Bueno, curiosamente, esto es lo que diría un cartesiano, pero todo empirista razonable contaría con ello.
Para que no digan que los engañamos, sepan que no es la primera vez que se reproduce la película en el curso, y que de hecho ha sido reproducida en cursos de posgrado de teoría política (recientemente en un verdadero microcine, de hecho daban ganas de cobrar entrada y vender maní con chocolate--aunque ahora en ningún cine se come maní con chocolate!--), pero siempre con fines didácticos y pacíficos. Hubo quienes alegaron otras cosas, pero como dicen en la versión cinematográfica de "Los Locos Adams" sobre el Tío Cosas frente al alegato según el cual era bueno con los chicos: "nunca se pudo probar nada".
Para los fanáticos de los "trivia" cinematográficos, algunos datos (el trailer ya obra en una entrada anterior: miércoles 16 de noviembre: http://lacausadecaton.blogspot.com/2011/11/trailer-quizas-original-pero-solo.html.
El director de Waterloo, Sergei Bondarchuk, se había hecho conocido en Hollywood por haber ganado el Oscar a la mejor película extranjera en 1968 por "La Guerra y la Paz", una película rusa de literalmente más de seis horas de duración. Dino de Laurentiis le encargó filmar esta película sobre una batalla genuinamente épica, en la que dos ejércitos se enfrentan en paridad normativa al menos jurídica, aunque no estrictamente política (Napoleón representaba al pueblo y a la revolución, Wellington al antiguo orden dinástico a su modo aunque tampoco era tan conservador en términos economícos). Pero como ya dijimos, como toda película rusa tiene no mucho montaje, un gran baile, escenas en interiores de palacios, panorámicas, tomas aéreas, etc. No descartaríamos incluso cierta influencia sobre "El Arca Rusa". Y hay una cámara lenta que es un tributo al cuadro "Scotland Forever!" de Lady Butler (1881).




La película es de 1970. Al menos uno de los espectadores del miércoles la vio a los cinco o seis años (podría ser también seis, siete u ocho años), por no decir cuando se estrenó en Buenos Aires, y quízás por eso quedó así. La música es de Nino Rota, el compositor de la música de las películas de Fellini y para algunos el mejor.
Stanley Kubrick estaba preparando una película sobre Napoleón, pero el fracaso en las taquillas de "Waterloo" fue tal que decidió abandonar el proyecto. Después del fracaso de la película Bondarchuk no filmó más para Hollywood, por así decir, y se comprometió aún más con el régimen soviético (se sospechaba de él por haberse comprometido con el comunismo algo tarde en su carrera).
El corte del director era de 4hs., pero se perdió. Sólo queda la versión distribuida comercialmente en los cines, que es de unos 130 minutos.
Costó por lo menos unos U$S 25 millones, a pesar de que fue filmada en la Unión Soviética, para abaratar costos. El productor de Laurentiis escatimó incluso un rollo en la escena inicial de la despedida de Napoleón ante la Guardia Vieja (no la primera después de Humahuaca viniendo desde Corrientes, sino sus veteranos y guardia personal). Rod Steiger, que representa a Napoleón, no estaba contento.
Unos 25.000 extras del Ejército Rojo participaron en la película. Muchas escenas no se pudieron filmar o usar porque ante las cargas de caballerías los soldados salían corriendo (es comprensible, como verán: algunos se asustan en la Feria de Mataderos cuando un petiso les pasa cerca al galope en una competencia de sortijas). Hay que recordar que en esa época no había computadoras para hacer películas.
Habían buscado a Richard Burton para que hiciera a Napoleón, pero no estaba disponible.
Finalmente, para que no digan que no les avisamos, la voz de Jack Hawkins (General Picton) está doblada (tenía cáncer de garganta) y si bien Hawkins tiene una voz natural bastante grave, en la película parece un sapo con anginas.
Hay algunos errores en el subtitulado que como apreciarán son muy graves y serán subsanados sobre la marcha.
Finalmente, recuerden apagar sus celulares, que está prohibido el uso de cámaras fotográficas, deben consumir mercaderías sólo del patio de comidas de la Facultad y hacer sus reservas con antelación suficiente.

3 comentarios:

Juan Diego Brodersen dijo...

El único punto de contacto que tengo con absolutamente todo esto es "Rosebud"...

Cuántos datos de color, ni tuve que entrar en el IMDB. Gracias y a ver con qué nos encontramos, ahora que ha corrido tanta tecnología bajo el puente.

Saludos!

Andrés Rosler dijo...

"Rosebud" por supuesto refiere a un producción hollywoodense que es a la vez artística. No es ninguna novedad a esta altura que mi--y aquí tengo que hablar en primera persona del singular--gusto es esencialmente hollywoodense y no muy artístico, salvo excepciones. Conocí a Bondarchuk gracias a que me llevaron de bastante chico a ver películas bélicas, en este caso Waterloo, las cuales resultaron ser casi todas clásicos del género. Confieso que empecé a ver las diez horas de "La guerra y la paz" pero paré. Apenas tenga tiempo con este envió las voy a ver.
Penitentia agite: varios de los datos vienen el IMDB, pero no todos.
Lamentablemente, lo que vamos a ver es en 20 pulgadas si tenemos suerte, pero peor es nada.

Andrés Rosler dijo...

Por si alguno cuenta los extras, quizás hubo 20.000, o veintipicomil, no 25.000.