viernes, 24 de febrero de 2012

El de los Pies ligeros





Es muy gracioso leer el epíteto "(ex-)profesor de voley" usado ya en proporciones homéricas en referencia a Fernando Iglesias, el ex-diputado del partido de Elisa Carrió. Sin embargo, dado que el epíteto es usado por quienes están en desacuerdo con sus ideas, claramente tiene un sesgo descalificador. Iglesias ciertamente no es simpático, lo cual es fácilmente comprobable. Pero ni la simpatía ni la profesión son relevantes a la hora de juzgar ideas. La descalificación ad hominem sugiere en realidad que uno no tiene suficientes argumentos en contra de lo que dice la persona en cuestión, y entonces ataca directamente a la persona, cuando en realidad Iglesias se equivoca a menudo, pero no porque él sea antipático o haya enseñado a jugar al voley, ni tampoco porque persiga una causa equivocada. Roberto Manuel Carlés nos explicó con razón que el epíteto trata de atenuar los efectos positivos de ubicar al ex-profesor de voley dentro del grupo de los "intelectuales". El uso corriente del lenguaje "intelectual" no sólo designa una tarea o actividad sino que designa cierto valor. Se eliminaría la confusión si nos atuviéramos a una concepción descriptiva del término, y eso permitiría finalmente evaluar como corresponde qué dice el intelectual en cuestión. En realidad, muchos intelectuales dicen varios disparates como cualquier otro ser humano. Y, nobleza obliga, el ex-profesor de voley escribió más libros que varios profesores e investigadores, y de hecho se expresa mejor que muchos de ellos, y en realidad se da las mismas ínfulas que ellos. Si tiene razón o no, hay que buscarlo en lo que dice.

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