domingo, 24 de junio de 2012

No sé si me interpreta: ¡Mentira!





Según Clarín de hoy la ex diputada radical Silvana Giudici denunció que varios legisladores de la oposición fueron “difamados” en un video que se emitió en los partidos del Fútbol para Todos, donde decía que eran “mentirosos” por sus opiniones sobre la ley de medios; y presentó una nota al jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, para que produzca y emita un video de la misma duración y “que las personas que fuimos difamadas podamos expresar nuestra opinión”, dijo Giudici, que preside la Fundación Libertad de Expresión más Democracia (LED). El aviso que emitió Canal 7 era un avance del programa 6 7 8 y se difundió del 25 al 29 de mayo, en el entretiempo de los principales partidos de Primera División y el Nacional B, como si fuera parte de la programación y no un aviso en el “espacio publicitario”. Por ejemplo, apenas terminó el primer tiempo de River contra Rosario Central, arrancó el video con Víctor Hugo Morales diciendo que la Corte Suprema había afirmado, “entre otras cosas, que han mentido todos los que dijeron que la ley de medios atentaba contra la libertad de expresión”. Luego mostró las declaraciones de dirigentes políticos de la oposición que afirmaban que la ley de medios afectaba la libertad de expresión. Y al final, Morales sostuvo que “la Corte dijo que todos los que” plantearon eso “mintieron, mintieron”. El fallo al que se refería era el de la medida cautelar sobre la cláusula de desinversión de la ley, pedida por Grupo Clarín para proteger sus licencias y derechos adquiridos. Los legisladores calificados por Morales y 6 7 8 como “mentirosos” fueron Patricia Bullrich, Fernando Iglesias, Elisa Carrió, Gerardo Morales, Ernesto Sanz, Elsa Quiroz, Fernanda Gil Lozano, Francisco de Narváez, Federico Pinedo y Giudici, quien cuando hizo esas declaraciones presidía la Comisión de Libertad de Expresión.
Este informe de Clarín claramente está en contra de Víctor Hugo pero no dice exactamente por qué. En todo caso, quizás dé por supuesto que no hay que difamar a las personas--lo cual es indudablemente cierto. Pero el problema conceptual en juego es que Víctor Hugo no distingue entre tener una interpretación distinta de, v.g., una cuestión constitucional y mentir al respecto. Hegel, por ejemplo, distingue entre conflictos jurídicos y fraude. Ciertamente, es curioso que Hegel entienda a los conflictos jurídicos, al fraude e incluso al delito en sentido estricto como casos de Unrecht o "injusticia" o "injusto". Pero de todos modos entiende que el conflicto jurídico es en todo caso una "injusticia de buena fe"; se trata de casos en los cuales se invoca un derecho o fundamento jurídico [Rechtsgrundepor el cual se reivindica algo, y por lo tanto todos los involucrados en el conflicto reconocen al "derecho como lo universal y decisivo". La "colisión se refiere sólo a la subsunción" del caso bajo una regla: "es pues un juicio [Urteil] simplemente negativo donde el predicado de lo mío sólo niega lo particular” (Lineamientos de la Filosofía del Derecho, § 85, tr. Vermal, p. 152). Una y otra parte defienden su posición "con algún fundamento [Grunde]". Muy hegelianamente Hegel explica que "corresponde a la naturaleza de los finito y particular dejar lugar a la contigencia: es necesario pues que haya conflictos puesto que estamos en el estadio de lo finito" y por suerte da un ejemplo muy poco hegeliano, como parece hacía en sus clases por obvias razones, sobre todo para que lo pudieran entender: "Si digo que una rosa no es roja, reconozco sin embargo que tiene color y no niego, por lo tanto, el género, sino sólo lo particular, el rojo. Del mismo modo se reconoce en este caso el derecho; toda persona lo quiere y debe tener sólo lo que por derecho le corresponda; la injusticia sólo consiste en que confunde lo que quiere con el derecho” (Agr., pp. 152-3). Pero entonces no es exactamente una "injusticia", sino un conflicto que se resuelve mediante una decisión. De otro modo, cometería una injusticia cualquiera que ex-ante reclama por un derecho. 
Distinto es el caso del fraude, el segundo caso de "injusticia". Aquí, quien miente "respeta la voluntad particular pero no el derecho universal". "En el fraude no se lesiona la voluntad particular porque se le hace creer al perjudicado que la acción es justa [o literalmente: "que a él le acontece el derecho": daβ ihm Recht geschehe]" (§ 87, agr., p. 153). En el caso del fraude, no hay dudas de que uno sabe que no tiene razón y trata de engañar al otro. 
Una cosa es interpretar de manera distinta la sonata Waldstein de Beethoven; otra cosa es mentir y llamar a lo que uno hace con el piano "sonata Waldstein de Beethoven". Dado que la Corte Suprema misma fue la que tuvo que resolver el caso, se trata de un conflicto jurídico y no de un fraude, por no decir un delito. 
Casos como éstos ayudan a explicar para qué sirven las ciencias sociales como la ciencia política (bien le vendría a la gran y calificada mayoría de los actuales senadores paraguayos: como ya habíamos visto) y las humanidades como la filosofía del derecho. Aunque hay que reconocer que Hegel es un hueso duro de roer. Pero quizás no haga falta leer a Hegel para entender la diferencia entre mentir y estar en desacuerdo sobre la constitución. Sí, sí, es cierto, a veces no es tan fácil entender la diferencia, sobre todo tratándose de políticos (o de todos los demás seres humanos, creemos). De todos modos, la diferencia existe.

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