martes, 22 de octubre de 2013

¿Quién puede tirar la primera Piedra? Cualquiera

Enhorabuena, luego de habernos referido una y otra vez a los peligros de la falacia de exigir autoridad moral de una fuente a la hora de comprobar la veracidad de una proposición (v.g. click), Página 12 hoy (click) publica una nota por uno de sus columnistas más representativos, Washington Uranga, en la que pide que dejemos atrás la política de preguntarnos acerca de quién puede tirar la primera piedra.

Sabemos que es difícil de creer, por eso nos vemos obligados a citarlo: "Uno de los tantos problemas que afectan la vida política argentina es otorgar valor a algo por quien lo dice sin reparar, en la mayoría de los casos, en lo que efectivamente está diciendo, en la exposición de los hechos, los argumentos y las razones en las que se fundamenta. Esto ocurre de manera particular en tiempos de campaña electoral, donde las pasiones –también las chicanas, las mentiras y las agresiones sin sentido– suelen desplazar con facilidad a la sensatez, al raciocinio y a los criterios que ayudan al discernimiento". Recordemos que hasta hace poco no había inflación, ni inseguridad, etc., y todo porque quienes lo decían no eran kirchneristas.

Es un gran paso adelante por parte del kirchnerismo: en lugar de exigir que paguemos nuestros impuestos para poder criticar al gobierno, o que formemos un partido político y ganemos elecciones (aunque algunos parecen haber hecho caso al kirchnerismo y parecen estar a punto de darle una dosis de su propia medicina), ahora Página 12 pide que nos concentremos en los argumentos, en qué se dice o hace, y no en quién lo dice o hace. Valga la aclaración, el kirchnerismo no inventó la descalificación ad hominem. Pero es uno de los campeones mundiales de este deporte (algo parecido pasó con el fútbol y los ingleses por un lado, y los brasileños, v.g., por el otro).

Es curioso que, v.g., en el caso Cabandié el kirchnerismo (en realidad, sólo una parte, la que no está tan interesada en cuidar el voto, tal como lo muestra el cuidado de Insaurralde en este tema) insista con la teoría que podríamos llamar "Duchamps" de la política, a pesar del llamado de Uranga a abandonarla. En efecto, así como un inodoro es arte si aparece en un museo en relación a cierto artista, o un inodoro sin más según quién lo use o dónde, la prepotencia puede ser un acto moral de acuerdo con quién la comete. Algunos kirchneristas todavía discuten la existencia de una operación en la cual Cabandié se muestra invocando su condición de diputado y de familiar de desaparecidos en ocasión de recibir una multa de tránsito. Es como si Hitler hubiese denunciado una campaña mediática por la filmación de los campos de exterminio.

Por lo demás, no sabemos si la siguiente admonición que figura en la nota: "se trata de juzgar a los dirigentes por sus trayectorias y por la fidelidad o no al mandato que les fue confiado" es parte de una auto-crítica kirchnerista o una crítica indirecta a quienes no pueden justificar su patrimonio y/o tratan de adaptarse como fuera a un electorado volátil.

De todos modos, es una señal de que las cosas pueden cambiar para mejor en estos tiempos y lugares que sólo daban lugar para el mayor de los escepticismos. Por supuesto, no podemos invocar a la lapidación bíblica sin que nos venga inmediatamente a la memoria "La Vida de Brian":

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